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12,35 €En su libro El ángel literario, durante una reunión que tuvo con el escritor Andrés Trapiello, en Madrid, Eduardo Halfon narra ya los primeros anuncios de un misterioso boxeador polaco. "Tu apellido, Eduardo, ¿de dónde proviene? LÃbano, le dije, mi abuelo era un judÃo libanés igualito a Alfred Hitchcock. ¿Y tu abuelo materno? Polaco. ¿JudÃo también? SÃ, judÃo también, y le hable un poco de Lódz, de Sachsenhausen, de Auschwitz, del boxeador. Mira, hombre, exclamó levantándose a contestar el teléfono, eso o lo escribes tú o lo escribo yo. Espero que lo escriba él." Desde entonces, y a través de otros personajes y de otras historias -la de un poeta indÃgena inmerso en un mundo distante y ajeno; la de una seductora hippie israelà viajando por Centroamérica; la de un académico norteamericano experto en la obra y las bromas de Mark Twain; la secreta, inconclusa, untada de jazz, de un pianista serbio; o la de un discurso lusitano de quince minutos sobre la literatura y la realidad y el cine de Bergman-, a través de todas ellas, la historia de ese boxeador polaco empezaba ya lentamente a gestarse, a imponerse, a pedir ser escrita por un nieto, quien a su vez pedà no escribirla, aunque también, de alguna manera, sabÃa que debÃa hacerlo. "Ustedes, los judÃos, nacen con una novela ya escrita bajo el brazo, me dijo Andrés al sentarse."